¿Para cuando un programa de
televisión donde a familias sin trabajo ni recursos y con niños pequeños un
banco les embargan sus casas? Donde la gente tenga que votar quien abandona su
casa, esa que han estado años pagando, o se las dejó sus padres como herencia.
O un concurso enfocado en ver como a personas
dependientes les retiran la ley de la dependencia, teniendo
que luchar día a día en
solitario y al que mejor lo haga, bajo elección de un público que no sufre como
están sufriendo ellos, les
otorguen un gran premio de 300 euros al mes, en el mejor de los casos, o una caja de
medicinas totalmente gratis.
O mejor aún, campamentos de
empresas dónde los trabajadores tienen que competir por sus puestos de trabajos y a
través de votaciones por sms son expulsados, se les quita las pagas
extraordinarias o tienen que trabajar horas extras, todo por menos dinero.
Seria interesante ver como después la gente en los debates lucha por sus familiares o amigos, que sufren por conseguir o no perder algo tan simple que hace poco tiempo ya tenían y en pocos años lo hemos perdido.
Pero esto no es mentira, por
culpa de políticos corruptos y sinvergüenzas ya está ocurriendo, sin que las
televisiones estén presentes, a no ser que haya un famoso de por medio o una
tragedia familiar tan grande como para que las televisiones publicas o privadas
tengan audiencias.
España una nación
donde los programas del corazón importan más que los políticos que incumplen
sus programas electorales y se los pasan por debajo del sitio que más nos están
tocando últimamente a todos los españoles.
Viva España pero sin maridos
de infantas, sin reyes cazadores de elefantes, sin tesoreros corruptos sin ERES
falsos, sin niñatos riéndose de la justicia, sin justicia para padres que solo
buscan el cuerpo de sus hijos, sin violadores que se pasean libremente por las
calles, sin economía sumergida, sin políticos mandando a la mierda a
los parados, sin emigración de la juventud y sin tantas cosas mas que estaría
todo el día citando y de las que por eso siento tanta vergüenza de estar
viviendo uno de los peores momentos que hemos tenido, aparcando la época
franquista y de posguerra.